Un clásico de la cocina española cocinado con la receta de nuestras madres y abuelas. No hay que perder las tradiciones.
Dificultad: Media (3) *****
Ingredientes:
- 1 Kg y cuarto de callos
- 600 gr de pata de vaca
- Un hueso de jamón
- 3 Morcillas asturianas
- 3 Chorizos asturianos
- 1 Cucharada de pimentón dulce
- 2 Cebollas grandes
- 2 Hojas de laurel
- 2 Guindillas
- Aceite y sal
Preparación:
Podemos cocinarlos en una cazuela tradicional o utilizando la olla. En este caso he utilizado las dos cosas. Primero en la olla rápida y cuando sea el momento de añadir los chorizos y las morcillas de modo tradicional para que no se deshagan las morcillas y para que el caldo ligue.
En la tienda pedimos que nos partan los callos y que nos deshuesen y partan la pata, aunque el hueso también lo vamos a utilizar.
Lavamos bien los callos en abundante agua fría con un chorro de vinagre y un poco de sal.
Los ponemos en la olla junto con el hueso de jamón bien limpio y raspado, la pata lavada, las hojas de laurel y la guindilla y casi lo cubrimos con agua fría. La sal se la añadiremos al final.
Desde que suba la válvula de presión los dejamos cocer en el 5 de una placa numerada del 1 al 9 durante 10 minutos y les quitamos el vapor sin quitarlos de la lumbre para que en ningún momento dejen de hervir.
Abrimos la olla y a partir de ahora la utilizaremos como una cazuela normal. Añadimos los chorizos y las morcillas que previamente hemos pinchado varias veces con un palillo para que salga la grasa y no revienten.
A los 45 minutos retiramos los chorizos y las morcillas para que se enfríen y poder partirlos más fácilmente. Y también retiramos los huesos de pata y el hueso de jamón. Ninguna de las dos cosas las vamos a servir.
Mientras, cortamos las cebollas en trozos pequeños y la ponemos en una sartén con aceite a fuego lento hasta que esté transparente. Cuando esté bien pochada, fuera de la lumbre añadimos el pimentón y removemos. Si consideramos que el caldo de los callos lo queremos más picante, es un buen momento para añadir más guindilla desmenuzada si queremos. El picante es algo muy personal y además es muy difícil de saber qué grado de picante vamos a obtener porque de unas guindillas a otras hay mucha diferencia.
Tenemos por un lado la cazuela de callos que no ha dejado de hervir y de la que hemos retirado los chorizos y morcillas y por otro la fritura de cebolla. Añadimos la fritura a la cazuela, echamos sal, removemos y dejamos que siga hirviendo lento al menos otros 15 minutos. De todos modos será conveniente comprobar que los callos ya estén cocidos antes de apagar.
Los chorizos y morcillas ya se habrán enfriado lo suficiente para poder cortarlos en rodajas.
Los añadimos a la cazuela en los últimos cinco minutos.
Ya sólo nos faltan los comensales y mucho pan.
Yo no como callos, pero los callos de Aurora en casa desaparecen!!
ResponderEliminarExcelente blog, riquísimas recetas! , preciosas fotos, apetece todo!
Y doy de fe que Aurora es una excelente cocinera.
Erika
No hay mayor halago para quien cocina que el hecho de que se lo coman todo. Gracias
ResponderEliminarNo hay mayor halago para quien cocina que el hecho de que se lo coman todo. Gracias
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