Crema de verduras

Un primer plato ligero. Si utilizamos la olla lo haremos en unos minutos. Es una forma fácil de que los niños coman verduras. De segundo unos calamares en su tinta con arroz blanco.

Dificultad: Baja (1) *****

Tiempo de preparación: 20 minutos

Ingredientes para 6 personas:

- 100 gr de judías verdes

- 200 gr de calabaza

- 1 calabacín pequeño

- 2 zanahorias

- 2 puerros

- 1 rama de apio

- 2 patatas pequeñas

- Unas hojas de acelga

Podemos utilizar cualquier verdura, pero hay que tener cuidado con no echar mucho apio si no queremos que prevalezca el sabor y cuidado también con el repollo, nos dará un sabor muy fuerte. 

Preparación:

Limpiamos, troceamos y lavamos bien todas las verduras. Si el calabacín tiene la piel tierna y tersa podemos utilizarlo con piel.

En una olla rápida ponemos agua y cuando hierva añadimos todas las verduras, sal y un chorro de aceite de oliva. 

Cerramos la olla y cuando veamos el aro rojo (En mi caso. Otras ollas tienen otro tipo de señal cuando ya están llenas de vapor), será suficiente con 5 minutos y dejar que salga el vapor solo, sin forzarlo. 

En este caso queremos que las verduras estén muy pasadas. 

Antes de pasarlo por la batidora es posible que tengamos que retirar un poco de caldo, es difícil calcular el agua justa que necesitaremos y dependiendo de las verduras, van a soltar más o menos agua. Pretendemos tener una crema, no un puré, pero tampoco queremos que se quede aguado.

Pasamos por la batidora hasta que esté todo bien pasado. Rectificamos el punto de sal si es necesario.

Lo vamos a presentar con unas tiras de puerro crujiente y unos dados de pan frito.

El puerro lo vamos a freír en abundante aceite bien caliente. Cuidado con hacerlo con el fuego demasiado fuerte para que no se queme. Esperaremos a que esté crujiente. Retiramos el puerro a un papel absorbente y en el mismo aceite podemos freír el pan. Estará frito en unos segundos. También lo ponemos sobre papel.

El puerro y el pan lo pondremos encima de la crema justo en el momento de servirlo para que no se reblandezca.